El paseo con nuestro perro debería ser la parte del día más esperada y disfrutada, pero en esta sociedad tan estresante y agobiante, esta sociedad del click fácil y rápido, queremos que también el paseo sea “fácil y rápido”, y si puedo hacer dos cosas a la vez y así también mirar las redes sociales por el móvil, mejor.
Pero déjame decirte que ese paseo con tu perro jamás volverá a repetirse…ese momento único no volverá nunca más, y no habrá vuelta atrás. O lo aprovechas y disfrutas, o lo habrás desperdiciado de por vida.
Recuerda que tu perro se irá de este mundo muy pronto, por desgracia viven muy poco, pero quizás no sea una desgracia y están aquí para enseñarnos a vivir el presente.
Si hay algo importante que nos enseñan nuestros perros es a vivir la vida, a disfrutarla, sean los momentos malos o buenos, ellos los viven con intensidad. Ellos viven el aquí y el ahora. Sin pájaros en la cabeza.
¿Por qué no coges ese aprendizaje y lo practicas?
Lleva el móvil por si pasa una urgencia, pero no lo saques del bolsillo a no ser que quieras grabar un momento dado, o hacerle una foto por algún otro momento, pero que sea algo rápido y luego vuelve a esconderlo en tu bolsillo.
Conecta con tu perro, no con las redes sociales.
Veo a muchas personas “pasear” con su perro totalmente desconectados el uno del otro; el perro por un lado y la persona por el otro…con el móvil, claro.
El paseo es un momento de unión con tu perro; es una actividad vital para él, y no hay nada mejor que disfrutarla juntos.
¿Sueltos o con correa?
Dependerá del lugar o zona. Desde luego siempre voy a defender y recomendar ir por lugares (si es la Naturaleza, mejor), donde puedan estar sueltos. Pero no para quedarte plantado como un árbol mientras tu perro descubre el lugar, sino caminando junto a él estando suelto.
Estos paseos, que son idílicos hacerlos por la montaña o la playa, son ideales para trabajar el vínculo y la conexión con tu perro. Es estando suelto cuando puedes comprobar cómo es la relación con él… ¿Te espera cada x metros y está pendiente de ti o se aleja bastante pasando un poco de todo? ¿Espera el momento de soltarle para evitar que lo vuelvas a atar otra vez o sin embargo confía tanto en ti que sabe que atarle no significa “fin del paseo o del juego”?
Es casi la prueba de fuego.
Pasear con el perro suelto con confianza mutua es de los mejores paseos que puedes experimentar.
Pero muchos perros y personas viven en ciudad, y hay que amoldar esos paseos al entorno urbano, con correa.
¿Cómo recomiendo que sean los paseos por ciudad?
Bien, lo primero es la salida de casa…ya me conoces. Calma y autocontrol; la salida ha de ser tranquila.
Una vez en la calle, recomiendo siempre que la primera parte del paseo sea para el perro, para que vacíe su vejiga y haga sus necesidades tranquilo, para que huela, que corra y juegue con otros perros si es posible, etc.
Una vez le hemos dado este tiempo para él, toca paseo paseo, es decir, caminar.
A mí me gusta diferenciar, siempre que el entorno me lo permite (y casi siempre lo hace), la parte para el perro que sea una zona de tierra o hierba (descampado, parque, isletas de césped, etc), y la parte del paseo que sería asfalto (acera).
Así el perro también diferenciará y asociará zona de baño y recreo a las zonas de tierra y hierba, y paseo por el resto. Y esto nos facilita mucho las cosas, como por ejemplo que no se pare tanto a oler en el tiempo del paseo porque ya le hemos permitido satisfacer esa parte previamente.
Pero claro, para que todo fluya de esta manera hemos de ser nosotros también disciplinados y mantener una rutina.
¿Correa larga o corta? ¿El perro delante o al lado?
Las preguntas del millón, sin duda.
Para quedar guay te diría que dejes que el perro vaya donde quiera, pero no quiero ser guay, quiero ser realista.
El uso de la correa dependerá de varios factores: el perro y la zona por donde pasees.
Me explico. Si el perro es tranquilo y la zona no es muy concurrida de gente, no hay problema en que le des dos metros de correa y que vaya por delante, pero si está excitado o nervioso, zigzaguea constantemente y encima vas por una zona concurrida, te recomendaré que acortes correa (siempre relajada) para evitar tanto movimiento en el que retroalimenta su propia excitación y por supuesto para no molestar a los demás viandantes.
Siempre digo que la gestión de la correa nunca es fija. Habrá momentos en los que podrás soltar correa y otros en los que tendrás que acortar.
En el curso Entrenamiento General de la Academia hay lecciones donde explico cómo gestionar la correa y cómo pasear con dos perros a la vez.
Lo más importante es su estado de ánimo, recuérdalo. Si va tranquilo tanto me da que vaya delante, detrás o al lado. Pero si está excitado, nervioso o es reactivo, has de gestionar muy bien la correa.
Así que ya sabes, aprovecha los paseos con tu perro para crear vínculo, conexión, para construir una buena relación con él; disfruta de él y con él.


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